No sé si son las palabras exactas, pero esa sería la medida que adoptó el gobierno para evitar más contagios, el ingreso de la variable delta, gamma, o la que esté de turno. Parece que el ingreso de solo 2000 personas por día les parecía mucho, entonces lo bajaron a 600. Esto trae la cancelación de decenas de vuelos internacionales. Tomando sólo a Aerolíneas Argentinas, son 59 vuelos los que cancelaron nada más que hasta el 12 de julio.
No entiendo cómo toman estas decisiones de un minuto para el otro. ¿No se dan cuenta que afuera hay personas que están por volver? No me vengan con esa cuestión de «estamos en pandemia y la gente sabe a lo que se arriesga viajando». Es cierto que las condiciones en el mundo actualmente varían todo el tiempo. Pero la gente que compra un pasaje con unas determinadas condiciones migratorias, confía en que las mismas se mantengan hasta el final de su viaje. Si alguien se va sabiendo que por día ingresan 2000 personas, que su vuelo de regreso está confirmado, que se realizó el PCR antes de la salida, que sabe que al regreso tendrá que testearse en Ezeiza, hacer cuarentena y testearse nuevamente a los siete días, que completó la declaración jurada, y tantos otros requisitos, NO CORRESPONDE QUE LE CAMBIEN LAS REGLAS. Está mal, no es ético. En el barrio se diría que es de hdp.
Que quede claro, estoy de acuerdo en que se quiera mantener al covid controlado, que los contagios no se disparen, que las muertes bajen. Es lo que cualquier gobierno debería tener como premisa. Pero estas medidas no van. Compren más vacunas, controlen las fiestas clandestinas, controlen las fronteras terrestres, controlen que se cumpla la cuarentena.
Siguiendo con el caso de Aerolíneas Argentinas, son 15 vuelos los cancelados a Miami hasta el 12 de julio. Supongamos que por avión van 150 personas, y que TODAS ELLAS VUELVEN VACUNADAS, son 2.250 personas que no podrán hacerlo, habiendo pagado los pasajes bien caros (recordemos que no bajaban de los $300 mil ida y vuelta). ¿Qué van a hacer con todos ellos? Imagino que les reintegrarán en dinero de una y sin vueltas. Porque no creo que estas personas quieran reprogramar con esa tarifa, salvo que le reprogramen el viaje y le regalen dos pasajes extra por la diferencia pagada…
Y lo que siempre digo es que no debemos juzgar a la gente que viaja. No es solo hacer turismo -que tampoco está mal porque nos rompemos tanto el lomo, sufrimos el día a día, nos merecemos descansar como se nos plazca-, hay muchos motivos: alguien que ganó una beca y se va a estudiar, alguien que se va a reencontrar con familia, alguien que se va a una competencia deportiva, alguien que va por salud, alguien que va por negocios… Son muchísimos casos.

Para cerrar, quiero reiterar mi apoyo a toda la industria turística que está siendo cagada a palos (perdón por el francés) desde marzo de 2020. Hoteles cerrados, agencias de viaje quebradas, familias en la calle. Lo peor de todo es que ya perdimos la esperanza. Ya no se habla de «en unos meses vamos a estar mejor». Hay mucha tristeza y ya bajamos los brazos. Nunca en los más de 15 años que llevo en el rubro se ha sentido tanto una crisis.
Ojalá que alguien se acuerde de nosotros de una buena vez y piensen en normativas, DNUs, reglamentaciones, leyes, decretos y resoluciones que nos beneficien y nos saquen de este pozo.
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