Las ganas que tengo de viajar son infinitas. Todos los días me levanto pensando «qué lindo sería despertarme en tal lugar». Lo llevo en la sangre. Por lo tanto, desde que comenzó la pandemia no he viajado, no me tomé vacaciones «vacaciones». Hice solo dos escapadas, una a Mar del Plata y otra a Tigre, que me sirvieron mucho para desconectarme, pero no calmaron el hambre de viajes.
Hace unos días me puse a recordar mi último viaje, y me sorprendió que ya hayan pasado catorce meses. Claro que viajar actualmente en este contexto no me agrada ni un poco, y no lo veo posible hasta fin de año, con suerte. Me encantaría, pero no me arriesgo. Creo que es mejor esperar un poco más a que se acomode un poco la situación para volver a viajar sintiéndose seguro.
Vayamos al tema del post. En octubre de 2019 hice un canje de millas AR plus, en realidad millas más pesos. Terminé emitiendo un vuelo Buenos Aires – Punta Cana – Buenos Aires con Aerolíneas Argentinas, directo, por 23 mil millas y 23 mil pesos, en nueve cuotas sin interés. Era un negociazo. Además, la fecha elegida era metiendo un feriado largo y fin de semana, por lo que gastaba una sola semana de vacaciones y me iba 11 días:

Tuve la maldita suerte de elegir la fecha para marzo de 2020, justo cuando se declararía al covid 19 como pandemia, y todo se empezaba a revolucionar -claro que en ese momento no se sabía. El regreso me lo adelantaron un día, ya con las cancelaciones y restricciones de circulación. Sin embargo, agradezco haber podido volver en ese momento. No tuve la desgracia de muchos de quedarse varados por semanas o meses.
Este viaje lo terminé realizando con mi amigo Nacho, aunque en vuelos separados porque él contrató por LATAM. La idea del viaje era conocer Santo Domingo y Punta Cana, en ese orden, porque eran pocos días y queríamos conocer sin apuros y descansar.

Llegué al mediodía a Punta Cana, salí del aeropuerto, me tomé una combi hasta el centro de la ciudad, bajé en la terminal de ómnibus, y de ahí me tomé el «rápido» hasta Santo Domingo. Allí me esperaba mi amiga Ross, quien con toda la onda ofició de guía de turismo.
El relato detallado de este viaje quedará para un post futuro.
Buen feriado.
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