El (no tan) extraño caso de los uruguayos que vienen a la Argentina a comprarse todo

Luego de unos días, o semanas, de descanso, he vuelto a actividad. Esta vez voy a analizar este fenómeno: nuestros vecinos de Uruguay que vienen al país a comprar todo lo que se le ponga adelante. Esto no es nuevo, pero se acrecentó en los últimos cuatro meses con la eliminación de medidas sanitarias de ambos Estados, sumado a la escalada del dólar libre (el dólar real), que pasó de los $200 a comienzos de mayo, a los casi $300 de hoy.

Estoy hablando de esto:

Fuente: Infobae

De esto:

Fuente: La Nación

Y todas las notas apuntan a lo mismo:

Fuente: Ámbito

Pero del otro lado del charco…

Fuente: El Día

Fronteras colapsadas, ferries a pleno, vuelos llenos, hoteles con una ocupación mejor a la de prepandemia, shoppings y paseos comerciales a tope, restaurantes desbordados… Ese es el panorama actual, al menos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en las ciudades fronterizas. Siempre fuimos uno de los mercados principales para brasileros, chilenos y uruguayos, y hoy más que nunca. Pero el caso de los charrúas es extraordinario porque, a diferencia de los otros países, la distancia es menor (y no hay que atravesar los Andes), y esta cercanía hace que la afluencia sea por las tres vías: tierra, agua y aire.

Donde más se nota esto es en los pasos fronterizos. Solamente en la provincia de Entre Ríos hay tres puentes, que unen Gualeguaychú – Fray Bentos, Colón – Paysandú y Concordia – Salto. El movimiento de autos aquí es muy intenso. En el feriado largo de agosto, la cola de autos para entrar a la Argentina han llegado hasta los 10 kilómetros. Y la espera en muchos casos fue de 12 horas. Parece que esa espera vale la pena. Del lado argentino, los comerciantes de estas tres ciudades están contentos porque la actividad económica repuntó muchísimo, tienen ventas, cubren costos, obtienen ganancias, alimentan a sus familias, ahorran, y todo el ciclo de la economía que ya conocemos.

Hice un pequeño estudio para comparar algunos precios de productos. Tomé como referencia la cadena Disco, de Montevideo, y la cadena Día, de Buenos Aires. Los valores son en dólares y pueden variar por diversos factores, son de referencia. Los resultados son los siguientes:

La columna «diferencia» quiere decir cuánto más barato es para los uruguayos el producto en Buenos Aires. Vean el abismo que hay en la nafta, acá les cuesta 71% más barato; los pañales un 67% menos; productos de perfumería 75% menos; y los productos de almacén promedian el 60% menos.

En el análisis no estamos hablando de ropa ni de calzado, que también se llevan a lo loco. Tampoco compran solo productos. Muchos vienen por tratamientos estéticos, por consultas médicas, para hacerse los anteojos, a la peluquería, y otras cosas más.

Del otro lado del Río de la Plata, sin embargo, la situación es totalmente diferente. Todo lo que los uruguayos compran del lado argentino, no lo compran en su país. Hay muy pocas ventas, comerciantes luchando para llegar a fin de mes y negocios tambaleando. Es por ello que los vecinos de esas localidades exigen que se tomen medidas para mitigar la <fuga de consumidores>. Las autoridades de estas ciudades le pidieron al Poder Ejecutivo eliminar el IVA (22%) de los productos de la canasta básica, para mitigar un poco la brecha. En mi opinión, sería como tirar un vaso de agua en un incendio. El presidente oriental, Luis Lacalle Pou, manifestó su preocupación al respecto “…Lamentablemente tenemos un vecino (Argentina) que tiene una determinada situación económica, y eso genera precios irrisorios con respecto al costo de algunos productos en Uruguay, lo que es seguro es que no se conseguirá empatar los precios que tiene Argentina en este momento». Él mismo lo reconoce, es imposible revertir la situación. El portal Prensa Latina indica que la diferencia cambiaria y de precios entre Argentina y Uruguay marca hoy una cota histórica en los últimos 40 años.

Para finalizar, me fijé cuál es la franquicia de los viajeros uruguayos que regresan a su país:

  • Cuando proceda de un país por frontera aérea o marítima será de hasta U$D 500 (quinientos dólares estadounidenses).
  • Cuando proceda de un país por frontera terrestre U$D 300 (trecientos dólares americanos). Las franquicias establecidas no podrán ser utilizadas más de una vez por mes.
  • Los viajeros menores de 18 (dieciocho) años que retornan al país, gozaran del 50% (cincuenta por ciento) de la franquicia que corresponda.
  • Bienes adquiridos en las Tiendas Libres de llegada al país: los viajeros gozarán de una franquicia adicional de U$D 850 (ochocientos cincuenta dólares estadounidenses) (Decreto 317/017).
  • Para los viajeros que arriben al país se limita el ingreso libre de impuestos, de bebidas alcohólicas y de cigarrillos de origen extra MERCOSUR, a las siguientes cantidades máximas: bebidas alcohólicas destiladas hasta seis (6) litros y de cuatro (4) cartones de cigarrillos.

Como cierre, digo que hay visiones positivas y negativas de este fenómeno, tanto en la Argentina como en Uruguay. Por un lado, es muy triste ver que nuestro peso argentino se devalúe cada vez más, se pulverice. Más teniendo en cuenta que hace algunos años los que cruzábamos a los países limítrofes a hacer compras éramos nosotros. Por otro lado, ver que el turismo se reactivó y genera movimiento en nuestra economía es algo positivo. Para Uruguay es malo que sus ciudadanos crucen el río para comprar bienes y servicios, para hacer tour de compras. Pero a ellos les sirve hacer valer su dinero hasta un 70% más, lo dice una de las notas: «me siento millonaria». ¿Que hasta cuándo va a seguir esto? Quién lo sabe. Argentina…


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